Símbolo de un cierto inconformismo heredado de James Dean o Marlon Brando, aunque sin su característica y neurótica violencia, Terence Steve McQueen dejó de pasear por las pantallas su misterioso rictus cuando murió a los 50 años, en plena madurez, en Ciudad Juárez, México, en el año 1980.
Fue el americano rebelde de 'La gran evasión' (J.Sturges, 1963) y el joven torturado y violento de 'Nevada Smith' (Hathaway, 1966), entre otros muchos papeles memorables. Pero el cénit de su expresividad hosca y distante -tocada a veces, sin embargo, por una tranquila candidez- lo alcanzó con sus papeles para Sam Peckinpah en 'La huida' (1972) y, sobre todo, en la patética imagen del desolado cowboy de 'Junior Bonner' (1972).
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