Ridley Scott, tras el éxito crítico y comercial de 'Alien', que le convertiría en realizador de moda, emprende su más ambicioso proyecto: 'Blade Runner'. Deseaba otra vez un "selling power", un film con fuerza e impacto. Basada en una novela de Philip Kindred Dick ("Sueñan los androides con ovejas eléctricas"), 'Blade Runner' es una fascinante proposición que combina magistralmente el expresionismo futurista con el cine negro clásico. Un realismo mágico, una visión pesimista del itinerario simbólico del ser humano. Una obra muy audaz en su concepción.
Tan significativo como atractivo, el 'Blade Runner' del director británico constituye un discurso en fotografía lacerante y una interesante propuesta intelectual en las dimensiones de la ciencia ficción especulativa. Alucinante y pragmática a la vez, crea un ambiente visual y sonoro que contiene una seria reflexión sobre los "humanoides" y nos remite a obsesiones ancestrales como el mito de Frankenstein.
La obra de Scott es un sofisticado relato policíaco sobre nuestra posible existencia en el Siglo XXI. Universo agobiante, ambientado por los efectos de Douglas Trumbull, y con acentuadas referencias cinematográficas de carácter técnico estilo Lucas y Spielberg o temático como Kubrick y Bertolucci.
El título ambiguo de 'Blade Runner' tiene su origen en una novela corta de fantasía científica de Alan E. Nourse. El guionista y actor Hampton Fancher, junto a David Peoples, publicada en 1968. El mencionado autor, emblamático de la fantasía especulativa y de la utopía futurista, con una aguda percepción del absurdo universal, no llegaría al estreno de la visualización de sus fantasmas personales. Moriría durante el rodaje de la película. A él va, merecidamente, dedicada.
El sustrato fundamental de la historia radica en las relaciones humanas que tienen lugar tras la Tercera Guerra Terminal. Se viven tiempos espiritualmente vacíos cuando a Rick Deckard, un agente de policía cazador de recompensas, se le encomienda una difícil misión: identificar y neutralizar a unos androides fugitivos, robots humanoides, réplicas del ser humano solo detectables por un medidor de empatías.
La acción tiene lugar en Los Ángeles superpoblado del año 2019, y los replicantes que Deckard debe "retirar" pertenecen al tipo del superdotado "Nexus 6", operarios galácticos cuya vida está limitada a cuatro años para evitar el proceso de su desarrollo anímico. Las réplicas, como nuevos Prometeos, regresan al planeta Tierra, donde su estancia está prohibida, con la finalidad de que su creador Tyrell les prolongue la existencia. El robot humanoide tomará conciencia de su finitud y se rebelará contra su creador, que supone un obstáculo y su deseo de seguir viviendo.
Roy Batty (interpretado por Rutger Hauer), jefe de los "Nexus", suplicará a su creador la supervivencia deseada. Ante la negativa de la Tyrell Corporation, el rebelde lo asesinará incrustando sus ojos en el cráneo, bajo una artificiosa iluminación y una ambientación de claro barroquismo.
Rick Deckard, enamorado de Rachel (Sean Young), solo hallará su camino en la huida. En su enfrentamiento final con Batty, el replicante el salva la vida, porque es más fuerte su deseo por la existencia que el odio a su perseguidor. En una secuencia estóica del mundo, un discurso sobre la vida y la muerte que le otorga el carácter de "Mesías Cibernético" del año 2019.
Y a su manera, también el "Blade Runner" Deckard será un replicante por su condición humana, que sufre la angustia de la caducidad y que solo con el amor llegará, temporalmente, a sobrevivir.
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