27 abr 2019

El gran dictador (1940) - Charles Chaplin


1940 fue un gran año para el cine americano. Se realizaron grandes películas que se convirtieron en clásicos del Séptimo Arte: 'Camarada X' de King Vidor, 'Ciudadano Kane' de Orson Welles, 'El forastero' de William Wyler, 'Historias de Filadelfia' de George Cukor, 'Rebeca' de Alfred Hitchcock y muchos otros. 1940 fue también el año de 'El gran dictador', dirigida, producida e interpretada por Charles Chaplin.

Este film, que al principio Chaplin quería titular 'Los dictadores' para que no fuera Hitler el único que se enfadase al verlo, representó un elemento crucial para la carrera del director-actor. Fue la última aparición de su famosísimo personaje Charlot, y fue también la primera vez que Chaplin abordaba la utilización de los diálogos. Defensor del cine mudo, había realizado anteriormente uno de sus más grandes largometrajes, 'Tiempos modernos' en 1936, que era ya sonoro pero no tenía diálogos.

En 1934, Chaplin se dio cuenta del parecido físico entre su personaje y Hitler, en una proyección privada del film de propaganda nazi 'El triunfo de la voluntad'. Cuando la gente le preguntaba si el personaje de 'El gran dictador' quería representar a Hitler, él decía que el primero en usar ese tipo de bigote había sido Charlot, y que fue el Führer quien lo copió. No era un secreto la ideología política del cómico y su actitud independiente e inconformista. En 1918, con 'Armas al hombro', que supone un claro antecedente de las primeras secuencias de 'El gran dictador', critica y satiriza la figura del Kaiser.

En 1923, con 'El peregrino', se hace patente su ideología laica y en algunos momentos anticlerical. Con 'Tiempos modernos' critica la crisis de la sociedad industrial y capitalista (en 1936). Esta forma de pensar le llevó a enfrentarse con las listas negras del senador McCarthy y su Comité de Actividades Antiamericanas. En 1953, fue alejado de Estados Unidos por los elementos conservadores del país. El resentimiento por el trato a que le sometieron los americanos lo plasmó en 'Un rey en Nueva York', de 1957.
No es de extrañar pues, que Charles Chaplin decidiera realizar una sátira contra el nazismo alemán y el fascismo italiano. La película, como la mayoría de las narraciones de género político, está estructurada a partir de una dicotomía oprimido-opresor. Chaplin introduce elementos personajes que darán valor artístico a la obra, como el hecho de que ambos personajes tengan el mismo físico, o la amnesia del barbero judío, que acrecienta su inocencia y su indefensión enfrentando a la ferocidad despótica del dictador.

Cuando las autoridades alemanas se enteraron del proyecto de Chaplin, intentaron detenerlo. Primero el cónsul del Reich en Los Ángeles, Georg Gyssling, y después el embajador alemán en Washington, que amenazó con prohibir todos los productos cinematográficos americanos en los territorios del Reich. La prensa conservadora de la cadena Hearst también hizo presión para detener el proyecto. El 3 de septiembre de 1939, Gran Bretaña entra en guerra con Alemania, y a partir de ese día, todos fueron prisas para que Chaplin terminase el film cuanto antes.

Al principio la crítica presentó diversidad de opiniones, y debido a la situación de guerra, la película no se pudo distribuir perfectamente, pero a partir de 1945, fue la fuente de ingresos más fija e importante para Charles Chaplin.

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