24 abr 2019

El silencio de los corderos (1991) - Jonathan Demme


La película, galardonada con varios Óscars, entre ellos al mejor film, director, actor y actriz, adapta una novela de Thomas Harris centrada en la relación entre un asesino en serie (Anthony Hopkins) y una agente del FBI (Jodie Foster). El primero, inteligente y maquiavélico psiquiatra que devora a sus víctimas, por lo que es conocido como Hanibal, el "Caníbal", está recluido en una celda de máxima seguridad.

La segunda entabla una curiosa relación de necesidad y fascinación con él, ya que es la clave para dar con el paradero de otro asesino en serie que escoge como víctimas a muchachas obesas. Hanibal puede sugerir y dar las pistas necesarias, su forma de operar. Es cuestión de tiempo, confianza y tacto por parte de la inmadura agente federal.

Jonathan Demme, establecido perfectamente en Hollywood gracias al éxito cosechado por sus dos anteriores películas, 'Algo salvaje' y 'Casada con todos', adaptó prácticamente al pie de la letra la novela de Harris, excelente materia prima para un thriller obsesivo y claustrofóbico que se desdobla en dos: la peripecia criminal para capturar al asesino y la relación afectiva que termina estableciéndose entre la agente y el criminal encarcelado. Demme consigue un viaje al auténtico y más cotidiano de los horrores, sin fisuras ni exceso de efectismos.

Uno de los elementos fundamentales de la película es la interpretación de Anthony Hopkins, un actor que vio renacer fulgurantemente su exquisita trayectoria con este trabajo. Hopkins compone a un "serial killer" inteligente, metódico, aterrador, culto, refinado, conversador, amante de la buena lectura y de la música clásica. Un personaje sin duda inusual en la marea de asesinos seriados que han poblado de forma nutrida y variopinta el cine norteamericano durante la década de los noventa.

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